“LA APLICACIÓN DEL PROCEDE EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS”

Es una verdad innegable que una de las razones que más conflictos bélicos a nivel mundial ha tenido como precursora, es la concerniente a la tenencia de la tierra, es tal vez debido a la necesidad inherente al ser humano de gozar de la tranquilidad de contar con un patrimonio propio, México no ha sido la excepción como sabiamente la historia nos lo muestra. En nuestro país con la publicación del artículo 27 constitucional por el Congreso Constituyente de Querétaro, se lograron dar los primeros pasos para llevar a cabo uno de los procesos de distribución de la tierra más grande en la historia del mundo, respondiendo de esta forma a las necesidades y anhelos de las masas campesina y resarciendo así los años de injusticia en los que habían sufrido toda clase de abusos sobre su libertad y sobre su patrimonio, incorporando por primera vez en la historia del constitucionalismo universal, los derechos sociales de los hombres del campo, incluidos en los ideales revolucionarios de esa época, devolviendo a precio de sangre las tierras y aguas que los grandes terratenientes les habían despojado, a principios del siglo XX las tierras y aguas se encontraban en manos de 2 mil familias, las cuales acaparaban 87 por ciento de la superficie rural del país, esto nos da un panorama de la complejidad que implicaba el reparto agrario. A pesar de lo exhaustivo del proyecto este se logro se distribuyo mas de la mitad del territorio nacional, a favor de 3.5 millones de familias campesinas integrantes de mas de 30 mil núcleos agrarios, ejidales y comunales